Previamente en el Sahara Occidental ....

Itziar Canales

9/8/2022

Declaración de Trump

Comenzamos nuestra andadura haciendo un pequeño resumen de lo que ha sucedido durante el verano en lo concerniente al Sahara Occidental, para que no se pierdan nada de lo que viene con el nuevo curso político que empezaremos a recoger próximamente.

Contextualizamos: tras la declaración de presidente saliente de Estados Unidos, Donal Trump, reconociendo la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental como contrapartida para que Marruecos hiciera públicas y oficiales sus relaciones con Israel (Acuerdos de Abraham), Marruecos ha seguido presionando a todos los países que ha podido para que secundaran a Estados Unidos. Si bien, el gobierno demócrata de John Biden no ha rectificado ese reconocimiento de manera oficial, sí parece que se han dado pasos para que no se les pueda acusar de violar la legalidad internacional en este sentido.

Europa

Después de que Marruecos, por enésima vez, utilizara la inmigración como arma para presionar a España, y con unos sospechosos movimientos pegasuanos mediante, Pedro Sánchez decide cambiar 40 años de consenso político y envía una carta a Mohamed VI (cuyo contenido tuvo el gusto de hacer público el monarca) convenciéndole de que España considera la autonomía bajo soberanía marroquí del Sahara Occidental como la solución “más seria, realista y creíble” para poner fin al conflicto.

Lejos de ser aplaudido, este hecho ha sido criticado por todo el arco parlamentario (unos por las formas y otros por el fondo), incluyendo a varios miembros del partido socialista, que no han entendido este giro de 180 grados que contradice a las bases del propio partido.

Pensando quizás, que las críticas internas pasarían al olvido debido a otros temas que podrían interesar más a la ciudadanía, lo que parecían no esperar ha sido el enfado de Argelia que, llamó a su embajador a consultas, primero, y rompió los acuerdos de amistad y buena vecindad y cooperación, después; lo que ha abierto brechas en las relaciones comerciales entre ambos países en un momento en el que la guerra en Ucrania ha puesto a Argelia y su gas en el punto de mira de las potencias europeas.

Pese a que la provisión a España está garantizada, renovar el contrato gasístico está siendo un quebradero de cabeza para Naturgy, que ve cómo Italia, Francia y Alemania llegan a acuerdos con la potencia africana. Viendo esto, Sánchez reconoció en Alemania su deseo de viajar a Argelia, algo que el país vecino no aceptará hasta que el presidente español deje claro que el Sahara Occidental no pertenece a Marruecos y vuelva, así, a la senda de la legalidad.

Parece que Josep Borrell, alto representante para asuntos exteriores de la UE intentó un acercamiento a Argel defendiendo que era el pueblo saharaui el que debía ser consultado sobre su futuro, pero el ministro Albares dinamitó, primero, lo que Argelia y el Frente Polisario habían saludado como algo positivo y Nasser Bourita, después, castigó cancelando la cita acordada para reunirse en septiembre con Borrell.

América Latina

Al otro lado del charco, julio empezó con la presencia del parlamento andino en Marruecos, donde llevó a cabo una de sus sesiones plenarias, y cuyo viaje incluía una visita a la ciudad ocupada de Dajla. Como sabemos, es frecuente que Marruecos trate de trasladar eventos, congresos y visitas institucionales al territorio ocupado para dar muestra del apoyo a su soberanía. Muestra de ello, también fue el foro de inversión hispano-marroquí que se celebró en la misma ciudad ocupada, donde varios grupos empresariales apoyaron la ocupación.

En agosto, el nuevo gobierno colombiano de Gustavo Petro restableció las relaciones diplomáticas con la RASD que había congelado su antecesor en 2021. Este hecho puso a trabajar a la diplomacia marroquí, quien pretendió restar importancia a la noticia logrando que el canciller peruano, Miguel Ángel Rodríguez Mackay (reconocido amigo del poder marroquí), retirara el reconocimiento del país a la RASD y rompiera toda relación con ésta.

África

Para ir terminando este resumen de lo que ha dado de sí el verano (que no ha sido poco), nos acercamos, geográficamente, al territorio. Pese a que la diplomacia marroquí no deja de trabajar en ningún momento, los golpes que ha recibido este verano han sido varios y sonados.

En junio se produjo un episodio sin precedente en la valla de Melilla, con un número que aún no ha sido determinado, pero que se cuenta en decenas, de migrantes muertos a manos de la gendarmería de frontera marroquí y la policía española. Estas imágenes han dado la vuelta al mundo y han puesto en cuestión los acuerdos entre la UE y Marruecos, quien recibe cada año cifras millonarias para hacer el trabajo sucio de una Europa fortaleza que selecciona bien qué personas pueden o no pedir asilo por su situación.

A esto se suman las denuncias registradas en la ONU contra Marruecos por obligar a firmar confesiones bajo tortura y el demoledor informe de la organización Human Right Watch que evidencia las persecuciones y detenciones que lleva a cabo el régimen marroquí contra activistas y periodistas disidentes.

Pero no sólo estas personas tienen problemas con el régimen marroquí, sino que los propios enviados especiales del secretario general de la ONU ya han padecido las exigencias del reino. A principios de julio, De Mistura visitó Rabat para, seguidamente, viajar, por fin, al territorio ocupado del Sahara Occidental. Estas pretensiones se vieron truncadas porque Marruecos no permitió la visita al no acceder De Mistura a cumplir con la agenda que la potencia ocupante le había preparado. De esta manera, tras reunirse con varios funcionarios marroquíes, abandonó el territorio.

Mohamed VI ya dejó claro en su discurso por el aniversario de la revolución del rey y del pueblo que “la cuestión del Sahara es el estándar de amistad con los países”. Esto le ha servido como excusa para desatar una crisis diplomática con Túnez por haber recibido al presidente de la RASD, Brahim Ghali, en la TICAD (Cumbre Internacional de Tokio para el Desarrollo de África) entre la Unión Africana y Japón que se celebraba en dicho país. Ambos países han retirado a sus respectivos embajadores del país vecino y Túnez ha tachado de “inaceptables” las acciones y palabras de Marruecos. Hemos de recordar aquí que la República Árabe Saharaui Democrática es miembro fundador y de pleno derecho de la Unión Africana.